Numerosas investigaciones, como las realizadas por la Universidad de Harvard, determinan que si los padres se comunican con sus hijos mediante mensajes negativos, lo que ocurre es que dañan su motivación, confianza en sí mismos y su autoestima.
En esta línea, la experta en educación y familia, Erika Katz, explica en su libro Coach Parenting que tan importante es la forma, como el fondo. Es decir, no tienes que cuidar sólo lo que dices a tus hijos, sino también cómo se lo dices. Si les hablas con comprensión, amabilidad y empatía reduces sus niveles de estrés y ansiedad. De esta forma, contribuyes a que tenga un desarrollo sano y adecuado. Hablarle de forma positiva potencia la adquisición de habilidades según va creciendo y esto repercutirá, sin duda, en que el día de mañana se convierta en un adulto exitoso.
Frases para el éxito
Katz propone que en las conversaciones con nuestros hijos incorporemos estas cuatro frases que repercutirán en su éxito futuro.
¡Lo has hecho genial! ¿Por qué no hacemos también esto?: Si pones el foco en resaltar lo que tu hijo hace bien, vas a propiciar que continue haciéndolo. Valora y reconoce su esfuerzo en las cosas que hace. Es muy importante que cuenten con tu apoyo en el proceso, sin darle importancia al resultado. Esta forma de proceder les ayuda a creer en sí mismos.
Sé que te molesta, pero esto no se puede hacer. Si tu hijo tiene, en un determinado momento un mal comportamiento, es probable que sea porque está enfadado o se siente frustrado. Si le dices esta frase le estás haciendo ver que su reacción no es correcta, pero no invalidas su emoción: “No hay que invalidar las emociones negativas, sino enseñar a gestionarlas”, sostiene la experta.
Claves para tener una comunicación efectiva con tus hijos sin que cueste demasiado (Fernanda Rodíguez Muguruza)
¡Esta tarea la has hecho muy bien! Seguro que esta otra también la haces igual de bien. Cuando tu hijo se bloquea con actividades o deberes que le resulten difíciles, le puedes animar recordándole éxitos o logros que consiguió en el pasado. Dile que si entonces, lo consiguió; con su esfuerzo también puede conseguirlo ahora. Tus muestras de confianza le impulsarán a actuar con seguridad y enfrentarse al obstáculo con determinación y de forma positiva.
Lo siento, no me he dado cuenta de cómo te sentías. Si te equivocas, es muy importante que lo reconozcas y te disculpes con tu hijo. Cuando muestras vulnerabilidad, le estás enseñando que los adultos también cometen errores. Cuando le dices “perdón” vas a propiciar que se sienta escuchado y comprendido. De está forma, va interiorizando que sus emociones también cuentan.