Aunque hay profesionales que dicen que no, sí que necesitas amigos en el trabajo, los estudios así lo avalan y la mayoría de psicólogos está de acuerdo en que las amistades de oficina tienen más pros que contras.
Ahora bien, para no volvernos locos intentando saber si realmente tenemos a un aliado en la mesa de al lado o si a lo mejor creemos tenerlo pero no es así, es importante entender que existen 4 tipos de amigos en el ámbito laboral y todos nos pueden ayudar de una manera u otra a estar más contentos de lunes a viernes (o fines de semana si toca).
Y es que al igual que a lo largo de tu vida te has encontrado con personas que llegaron para quedarse, otras que fueron pasajeras, algunas con las que conectaste para salir de fiesta y otras con las que compartir momentos de reflexión, en el trabajo también te vas a encontrar con gente para todo y para todos.
De acuerdo con Stephen Friedman y su columna en Psychology Today, saber qué tipos de amigos podemos tener nos ayudará a tomar mejores decisiones sobre si vale la pena esforzarnos en mantener esas relaciones o no. Porque evidentemente también podemos encontrarnos con una situación en la que los demás no estén interesados en añadir a alguien a su círculo, claro, o tal vez no tanto como tú, pero siempre se puede intentar al menos ser cordiales y ayudarse mutuamente.
Según Friedman, puedes tener un “mejor amigo” laboral, es aquella persona a la que estás muy unido y con la que compartes prácticamente todo, ya sea de tu vida profesional o personal. Os apoyáis, sois honestos y confiáis el uno en el otro. Es básicamente ese compañero con el que el viernes por la tarde te vas de copas a desestresarte y con el que quedas también fines de semanas y festivos.
Luego están los “amigos cercanos”, aquellos con los que no compartes absolutamente todo, pero te llevas lo bastante bien y tienes la suficiente confianza como para pensar en que si tú te fueras de la empresa o se fuera él, quedaríais un día para tomar algo y mantener el contacto.
En tercer lugar están los simples “amigos del trabajo”, esas personas con las que no te importa tomarte el café de media mañana y cotillear un poco pero con la que realmente no tienes contacto fuera de las cuatro paredes de la oficina.
Por último pero no menos importante están los conocidos, esa gente con la que te cruzas por el edificio, a la que saludas y te saludan e intercambias un par de palabras y poco más. No te caen bien ni mal, simplemente no se ha establecido una relación como con los tres tipos anteriores.
Todos ellos tienen su grado de importancia, y es que al final llevarte bien con todo el mundo es lo ideal para que el ambiente sea positivo y que así puedas trabajar en paz y dando el 100% de tu capacidad.