Qué es el ‘animal flow’, el ejercicio de moda para estar en forma que imita el movimiento animal


La carrera por ponerse en forma no entiende de épocas del año. Entiende de tendencias y, sobre todo, de buscar las alternativas más divertidas posibles. Especialmente cuando llegamos al verano y queremos que, además de adelgazar quemar calorías, también podamos disfrutar haciendo deporte. Una pretensión que el animal flow, uno de los últimos ejercicios de moda, pone en bandeja.

Convertida en moda por celebrities como Elsa Pataky, que lleva varios años practicándolo, el animal flow es una mezcla entre diversión y deporte que es apta para cualquier tipo de público. Evidentemente, según qué grado de exigencia busquemos, podemos perseguir una u otra meta, pero la esencia del animal flow es la de disfrutar del deporte mientras nos ponemos en forma.

Similar a lo que sucede con ejercicios como la calistenia, los preceptos del animal flow no es otro que utilizar el peso del propio cuerpo para entrenar. Esto permite que no debamos hacer ningún gasto extra en material o equipamiento y, sobre todo, que podamos realizarlo en cualquier lugar. Algo parecido a lo que ocurre con el barré, del que ya te hablamos en THE OBJECTIVE.

Ideal para los meses de verano o para el buen tiempo, donde el aire libre de playas o piscinas invitan a ello, el animal flow es también una piedra de toque cada vez más frecuente en la hotelería. De esta manera, el animal flow preconiza un ejercicio lúdico que, al mismo tiempo, es del todo funcional.

En qué consiste el ‘animal flow’

Un grupo de mujeres practican animal flow.
Las bases del animal flow mejoran la estabilidad, la flexibilidad y la fuerza. ©Freepik.

En resumidas cuentas, el animal flow invita a que realicemos movimientos que se inspiran en los animales. «Es el caso del salto de la rana o las sentadillas de los simios», como explica Kamila Bielecka, responsable de yoga y mindfulness del hotel, Royal Hideaway Corales Resort, situado en Costa Adeje, Tenerife.

En conjunto, el animal flow puede asemejarse, explica Bielecka, pues «se trata de un deporte que deriva de la suma de otras disciplinas como el yoga, el pilates o la capoeira, así como de otro tipo de entrenamientos funcionales e incluso del break-dance». Sin embargo, a pesar de que el que se inicie en el animal flow pueda pensar que es complicado, la realidad es que es un ejercicio generalmente sencillo.

Además, es su funcionalidad la que le da un gran valor añadido respecto a otros deportes de bajo impacto, pues también supone la realización de ejercicios de fuerza. No obstante, no son tan lesivos como sucede con otros deportes de alto impacto en los que la carga puede ser demasiado alta para personas no iniciadas. Algo que sucede a menudo con el crossfit o con la propia calistenia, donde se necesitan bases físicas ya curtidas para poder adentrarse en ellos.

Flexibilidad y fuerza en el mismo ejercicio

En el animal flow, la situación cambia. Además, se trabaja con mucha insistencia la flexibilidad y los ejercicios de fuerza y potencia muscular no buscan el fallo. De esta manera, la tonificación es más completa y, al mismo tiempo, se mejora tanto la estabilidad como la resistencia.

De esta manera, el animal flow mezcla partes aeróbicas con ejercicios anaeróbicos, siempre utilizando el propio peso de la persona. En un sentido parecido, parte de sus ventajas está en que es fácil ir progresando y buscando diferentes funcionalidades para hacerlo más ameno y entretenido.

Qué ejercicios de ‘animal flow’ buscar para iniciarse

Una mujer joven hace movimientos de yoga
El ‘animal flow’ tiene movimientos que se asemejan al yoga, al pilates y a la capoeira. ©Freepik.

El hecho de realizar estos ejercicios muy cerca del suelo también permite que el animal flow sea fácil de trabajar, aunque es cierto que puede demandar cierta flexibilidad inicial. En cualquier caso, parte de sus ventajas también están en que podemos ir adaptándolo poco a poco y, sobre todo, compartirlo. Amigos, familia o hijos pueden ser perfectos compañeros de ‘fatigas’ para iniciarse en el animal flow sin complicaciones.

A su vez, se mejora la destreza y la coordinación, además de lo antes mencionado de fuerza o flexibilidad. Entre el resto de ventajas, también está una corrección de la higiene postural y, si se mantiene en el tiempo, es ideal para mejorar el tono físico de manera armónica debido a la gran cantidad de músculos que implica.

Para adentrarse en este tipo de deporte, hay ejercicios relativamente fáciles de acometer. Uno de ellos, especialmente fácil, es el conocido como side traveling ape, que no es otra cosa que imitar el movimiento de los simios. Por tanto, la idea es partir de una posición de sentadilla profunda y apoyar las manos en el suelo. Luego, ligeramente presionadas en el suelo e ir moviéndose, levantando las caderas y balanceando las caderas como si fuéramos un gorila.

Dos ejercicios para ir más allá en el ‘animal flow’

Otro de los pasos más elementales y que nos permite mejorar la coordinación es el conocido como alligator walk o lizard crawl. En este ejercicio debemos movernos como un lagarto o cocodrilo. De esta manera pondremos en marcha brazos, piernas y la musculatura del core, especialmente los abdominales. En él sólo debemos ponernos boca abajo, apoyando manos y pies en el suelo y manteniendo el tronco cerca del suelo. Una vez en esta postura, caminamos como si fuéramos un cocodrilo, es decir, moviendo de manera disociadas las extremidades. Primero brazo izquierdo y pierna derecha y así sucesivamente.

Quizá más complejo para el no iniciado, pero ideal como calentamiento es el crab reach. La clave está en colocar manos y pies en el suelo mientras marcamos un arco boca arriba con el cuerpo —como si hiciéramos un puente—. Este ejercicio permite estirar y recolocar la columna vertebral, facilitando que los distintos grupos musculares que vamos a trabajar con el animal flow vayan calentando.



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