¡Se acabaron las manchas con el ácido linoleico! Mientras que el retinol y la niacinamida son claramente los ingredientes estrella de los últimos meses, el primero empleado para tratar los primeros signos de envejecimiento, el otro para darle un aspecto unificando la tez; otros ingredientes prometedores merecen ser incluidos en tu lista de cuidados…
Tal es el caso del ácido linoleico. Aún relativamente desconocido en el mundo de los ácidos de la belleza, sus beneficios sobre la epidermis son, sin embargo, más que alentadores, especialmente para las pieles propensas al acné. Veamos más de cerca al ácido linoleico, sus virtudes y su aplicación:
¿Ácido linoleico o Vitamina F?
El ácido linoleico (LA) suele denominarse Vitamina F. Sin embargo, esta nomenclatura puede inducir a un error en cuanto a su verdadero origen, ya que en realidad es uno de los dos ácidos grasos esenciales que componen esa vitamina, junto con el ácido alfa-linolénico (ALA).
El ácido linoleico también pertenece a la familia de los Omega-6, que el organismo no produce de forma natural. Sin embargo, pueden encontrarse en altas concentraciones en aceites vegetales, como el aceite de semilla de uva, el aceite de argán o el aceite de cáñamo.
El ácido linoléico es perfecto para pieles con imperfecciones
Desempeñando un papel importante en la regeneración de las células, el ácido linoleico contribuye a solidificar la membrana de la piel, que retiene el agua de la epidermis y, por tanto, mantiene de forma natural la hidratación de la piel. También permite la creación de ciertos lípidos como las ceramidas, que cementan las células entre sí, reforzando así la flexibilidad y el grosor de la piel. Por último, el ácido linoleico es un ingrediente esencial para reforzar la barrera cutánea.
Por ello, el ácido linoleico es un aliado perfecto para restablecer el equilibrio de las pieles con tendencia acneica, regulando su nivel de sebo gracias a una hidratación cutánea que ayuda a preservar.
Un estudio científico estadounidense realizado en 2002 demuestra que las personas propensas al acné tienen una deficiencia de ácido linoleico. Por lo que la aplicación tópica diaria de este principio activo en los que padecen acné fue lógicamente ‘capaz de reducir el tamaño de las manchas en un 25% en sólo un mes’, esto según el estudio.