¿Cuándo usar (y cuándo no) las puertas ocultas?

No paras de verlas por todas partes, y es normal que te hayas preguntado si también sería buena idea integrarlas en tu casa. Hablamos de las puertas ocultas, un hit entre arquitectos e interioristas que buscan crear espacios elegantes, originales y limpios, en los que el peso visual recaiga en ‘lo importante’.

¿Y qué es ‘lo importante’? Esa cuestión depende, por supuesto, del proyecto en particular. En una reforma en Chueca, por ejemplo, Carmen Bueno decidió crear una ‘caja blanca’ para albergar una cocina entre clásica y minimalista, en cuyo centro se ubica lo más llamativo de la estancia: una isla también blanca con dos elegantes taburetes dorados. En el panelado de las paredes se esconde uno de los aseos, además de la nevera y la despensa, dejando todo el protagonismo al centro del espacio.

TENKA ARKITEKTURA, por su parte, creó algo con un feeling completamente diferente en un piso de Bilbao. Para salvar la ‘aburrida’ planta en ‘L’, ideó una gran curva azul, creada en madera texturizada y lacada en azul. En ella se integran los muebles de la cocina y las puertas que conducen a diferentes estancias, como el aseo o la habitación infantil.

“Ahora hay mayor consciencia de la importancia del diseño en nuestro entorno, un cierto auge de tendencias minimalistas, y mucha más difusión de buena arquitectura y decoración a través de todos los medios y redes”, nos cuenta Luis Gil, de Plantea Estudio (AD 100 / 2023) cuando le preguntamos por la aparente ‘ubicuidad’ de esta solución arquitectónica. Pero, ojo: que sea cada vez más común no quiere decir que sea siempre la mejor idea.

“Merece la pena cuando la puerta se entiende como parte de un frente importante, panelado o revestido, y da acceso a un espacio de menor importancia. Podemos ocultar la puerta de paso al aseo desde el dormitorio, integrándola en el frente de armarios, por ejemplo”, cuenta.

En Plantea, lo hicieron ya en 2018 de una forma muy original: alicatando la puerta del baño, a la que se accede desde un vestidor panelado. Gracias al trabajo de un artesano de Badajoz, queda oculta cuando está cerrada, generando una uniformidad que transmite relajación y calma.

¿Otra ocasión en la que debamos contemplar el introducir accesos ocultos en casa? Responde Gil: “Cuando hay un grupo de puertas algo desordenado, en un pasillo con entrada a varias habitaciones. Conviene entonces formar un frente común con todas ellas y que queden lo más discretas posible, que se vean solo las juntas y no llenemos la pared de hojas, marcos y tapetas”.

Esto lo hacen, con mucho color, los fundadores de la firma de bolsos de lujo BOYY, que revisten el pasillo de su casa que conduce a los dormitorios, y sus puertas, con papel pintado de Andrew Martin. Al fondo, la entrada principal se distingue gracias a sus inserciones de cristal de Murano de Hugh Findletar.

También suele ser común en pisos pequeños, en los que no es raro crear un ‘cubo’ de madera que albergue diferentes usos. En una antigua vivienda del Cabanyal, por ejemplo, Viruta Lab ha creado una gran caja de madera que vertebra el espacio de la planta baja, funcionando como contenedor para el servicio de aseo que queda oculto en su interior.

Es la solución que adoptó también Íñigo Iriarte en una vivienda de 70 metros cuadrados en San Sebastián. El principal reto de este proyecto fue ubicar ubicar un nuevo aseo en la zona común, convirtiéndose este en el núcleo central de la casa. “Lo que a priori podría parecer un problema, lo hemos convertido en el mayor atractivo de la vivienda: un cubo de espejo que amplía la cocina, el salón y el hall a través de su brillante superficie”, explican.

“En casas de pequeño o medio tamaño, definir un módulo que englobe los elementos ‘servidores’ (armarios, aseos, limpieza, despensa…) suele ser un buen sistema de organización, pues permite una relación más flexible o la continuidad completa entre el resto de espacios de vida. En estos casos, que este módulo aparezca como un frente neutro de un material o color bonito es muy preferible a que aparezca como un conjunto de puertas notables. Aporta tranquilidad y continuidad, y hace el espacio más ‘grande’”, concede Gil.

¿Y cuándo no merece la pena adoptar un sistema de puertas ocultas? “Cuando resulta un detalle forzado sin función relevante, entre espacios ordenados y de similar importancia”, cuenta el miembro de Plantea. “La puerta es un elemento fundamental: a veces, establece límites que no hay que ocultar, más bien hay que reforzar y ensanchar”.

¿Es caro crear un sistema de puertas ocultas?

La pregunta del millón: sí, estéticamente puede ser fabuloso, pero ¿cómo de complicado es proyectarlo? Y ¿nos va a costar más el collar que el perro? Responde Gil: “En arquitectura de un cierto nivel, no debe ser más caro. Se entiende que la carpintería es siempre a medida, y por tanto, es una cuestión de detalle y habilidad. Puede llegar a ser más barato, con menos material y menos elementos”. Pero no saltes aún de alegría: si la reforma es DIY, o de bajo presupuesto, estas cifras pueden cambiar: “Comparado con carpinterías convencionales, sí es notablemente más caro”, apunta Gil.

Y un último consejo de experto: “Hay muchos casos en los que una puerta puede ocultarse, en distribuciones complejas o, simplemente, en casos muy menores. Como la puerta entre el inodoro y el resto del aseo, que es muy razonable separar cuando hay espacio. Esta puede ocultarse revestida de espejos, o en un frente de azulejos bonito”.

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