El
príncipe Eduardo disfrutaba hace unos días de una buenísima noticia: finalmente él tendría el título de
duque de Edimburgo (y no
Charlotte, la hija de Kate Middleton y el
príncipe Harry, como se comentaba). El nombramiento implicaba también a
su mujer Sofía, actual duquesa de Edimburgo; pero su primogénita,
Lady Luisa Mountbatten-Windsor, quedaba fuera de la ecuación.
El motivo no era más que una antigua ley, que favorece a su hermano pequeño,
Jacobo Mountbatten-Windsor. Él, a sus 15 años, por el hecho de ser hombre, tiene privilegios sobre la joven de 19. Ha pasado de ser
vizconde Severn (desde su nacimiento) a
conde de Wessex. En cambio, Lady Luisa se ha quedado con las manos vacías en el último baile de títulos.
La ley que da preferencia a los varones se suprimió en 2013. Esto ha provocado que, por ejemplo, la princesa
Charlotte, de 7 años, no vaya en la línea de sucesión tras su hermano Louis, de 4. Solo queda como víctima de la antigua norma Luisa, que nació antes del cambio.
En definitiva, la hija de Eduardo (el pequeño de los hijos de la reina
Isabel II) y Sofía ha pasado de estar en primera fila del Jubileo de Platino, celebrado el año pasado, a mantenerse en una esquina del escenario royal.
Jamás será duquesa de Edimburgo, ni siquiera condesa de Wessex.
Quién es Lady Luisa Mountbatten-Windsor
Lady Luisa ha defendido su intimidad, a pesar de que fue noticia desde el mismo día de su nacimiento. Su llegada al mundo fue tremenda, un suceso
traumático para su madre. Como ha recordado en alguna ocasión Ailsa Anderson, la ex secretaria de prensa de Isabel II, el parto fue atropellado.
La madre dio a luz tres semanas antes de lo esperado, mientras el príncipe Eduardo estaba en Mauricio para una visita oficial. A 12 horas de su mujer y su futura hija. Mientras, su esposa perdía sangre en el hospital. Los médicos le practicaron una cesárea de emergencia y quedó en un estado de semiinconsciencia. Durante las siguientes 24 horas, Sofía se quedó
sola.
A pesar de comienzo de vida tan accidentado, Luisa logró un lugar privilegiado en los corazones de sus abuelos,
Isabel II y
Felipe de Edimburgo. No se ganó un título royal, pero los medios la llamaron la
nieta favorita de la reina. De ella heredó su pasión por la equitación y de Felipe su amor por los carruajes. Incluso representó a Gran Bretaña en varios campeonatos nacionales y europeos.
De hecho, justo antes del Jubileo, rindió homenaje al hobby de su abuelo en un evento organizado por el Royal Windsor Horse Show. Isabel, como en pocas ocasiones, mostró su
emoción cuando su nieta condujo el carruaje que antes había pertenecido a su difunto esposo. Durante esa semana, la monarca también había sido fotografiada mirando orgullosa a su nieta, que encabezaba el desfile del centenario de Fell Pony Society en el espectáculo de
caballos reales de los Windsor.
Sofía y Eduardo de Wessex.
Sofía reconoció en un documental sobre Felipe de la BBC que el abuelo y su hija estaban muy unidos. «Mi suegro siempre fue muy bueno animando, realmente animaba a Luisa. Cuando ella mostró su
talento, él fue simplemente brillante con ella», describió sobre su devoción por los carruajes.
La joven coincidía en que el marido de Isabel había sembrado la semilla: «Yo tenía la intención de enorgullecer a mi abuelo y honrarlo. Definitivamente, espero haberlo hecho sentir
orgulloso», reconocía en su primera aparición en una película de este estilo.
Por qué Lady Luisa Mountbatten-Windsor es un ejemplo para Kate Middleton
Quizás lo que más diferencia a Luisa y su hermano Jacobo de los demás miembros de la familia real es que sus padres decidieron que querían darles una infancia normal, con amigos de la escuela y
actividades extraescolares. Lady Luisa se mantuvo en gran parte de su infancia fuera del centro de atención, con su primera gran aparición a los 9 años, cuando fue dama de honor en la boda de Kate y Guillermo, en 2011.
La nueva duquesa de Edimburgo comentó hace unos 3 años que sus hijos están alejados de los roles oficiales y que les había educado para que pudieran pertenecer al «mundo real». De hecho, la manera de Sofía de formar a sus hijos ha servido de inspiración para Kate Middleton, según el libro
The New Royals: Queen Elizabeth’s Legacy and the Future of the Crown, de Katie Nicholl. La princesa de Gales admiraba cómo el príncipe Eduardo y Sofía de Wessex lograron darles a sus hijos una rutina tranquila, a pesar de estar en el corazón de la familia real.
Vídeo.
Felipe de Edimburgo, la vida del duque a la sombra de la reina Isabel II
Por todo esto, no ha sido un varapalo tan grave para Luisa quedarse sin título. Está enfocada en otros asuntos. Empezó a estudiar en septiembre inglés en la Universidad de St Andrews (la misma a la que fue el príncipe Guillermo y el príncipe Harry). Pero lo que más sorprendió fue que el verano pasado se había buscado un trabajo como jardinera.
Desde que terminó sus estudios superiores en junio, había estado ganando 6,63 libras esterlinas por hora. Lo hacía a pesar de vivir en una mansión de
30 millones de libras esterlinas en Bagshot Park, Surrey (contradicciones royals).
Una de sus pocas apariciones públicas fue en el
funeral de su abuela. Tuvo la oportunidad de transmitir su elegancia, aunque no pudo evitar mostrar su tristeza y solemnidad. A su lado, su hermano Jacobo (al que se le comparó con el príncipe Guillermo por su asombroso parecido).
Luisa llevaba en el funeral de
Isabel II un collar de la cabeza de un caballo, en honor a su amor compartido por los animales. De momento, sigue la vida sencilla, conectada con la naturaleza; una apuesta heredada directamente de la madre del
rey Carlos III.
Su madre ha comentado que ni le interesan las redes sociales ni compartir nada sobre sí misma. Sofía ve que Luisa crece con los
ojos bien abiertos, preparada para lo que pueda llegar (como un arma secreta de la monarquía, siempre alerta).