Por Teresa Aranguez.- Hablar de Orlando Bloom es sinónimo de éxito, gloria y grandes producciones. En sus propias palabras, también de oscuridad y cierta desgracia. El que diera vida a Légolas, el arquero en El señor de los anillos, fue protagonista de uno de los “momentos más oscuros” en la vida real. Uno, que pudo haberle costado su salud física y mental. Casi tres décadas del trágico suceso, vive para contarlo e inspirar a quienes han transitado por el mismo camino.

En octubre del 2022, Orlando nos hizo partícipes del doloroso episodio que le golpeó siendo apenas un joven de 19 años. Como embajador de UNICEF, el actor británico dio un testimonio conmovedor sobre la experiencia que cambió su vida. “Cuando tenía 19 años, me caí por la ventana desde un tercer piso y me rompí la espalda”, relató sobre este escalofriante capítulo durante su intervención. El impacto fue tal, que no recibió la mejor de las noticias desde el hospital. “Me dijeron en los primeros cuatro días que quizá no volvería a caminar”, recordó con pesar.

Su vida, ilusiones como actor y sueños se rompían en mil pedazos en la habitación de ese hospital. “Ese fue el principio de un largo y doloroso viaje en reconocer y entender que algunos de los patrones que habían guiado mi vida hasta entonces me habían llevado a tener numerosos accidentes. Y la culminación fue romperme la espalda, lo que fue una experiencia cercana a la muerte”, añadió en este discurso para UNICEF. “Esta herida me abrió tiempo y espacio para echar un vistazo a mi vida, reconocer qué era bueno, como mi recuperación, y reconstruir la forma que que la vivía.”

En una charla con GQ en 2005, reconoció que su vida estaba fuera de control con esa edad. No veía los peligros y hacía cosas al límite. Lo que le sucedió, reconoce, fue el resultado de muchas imprudencias. “Hasta que no estás cerca de algo así, no te das cuenta. Solía manejar motocicletas y carros como si estuviera en una carrera. Era ridículo. No lo hacía para quedar como machote, simplemente me encantaba vivir al límite”, expresó.

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El protagonista de la recién estrenada Gran turismo, donde vuelve a encabezar una producción de altura después de algunos años, tuvo que ser inmediatamente operado y utilizar un soporte para la sujeción de su espalda. Arrancaba un proceso cargado de incertidumbre al que se sumó otro reto desagradable. El hecho de estar adolorido físicamente, incluso las palabras del doctor, no fue lo peor que Orlando tuvo que enfrentar. La mente le jugó la peor de las pasadas, lo que llevó al artista a un túnel casi sin salida.

“Los meses posteriores a la caída fueron muy oscuros. Para alguien que ha sido siempre tan activo, me sentía restringido de repente y con mucho dolor físico”, admitió en este video de UNICEF. Orlando enfrentaba una doble batalla, la física y la mental. “La salud mental es especialmente difícil porque no se ve”. El hoy esposo de Katy Perry y feliz papá de dos, tenía dos opciones. Dejarse morir o aferrarse a esa vida que tanto amaba.

Eligió lo segundo, pero no lo hizo solo. El intérprete hizo hincapié en la importancia de estar acompañado, de pedir ayuda y, sobre todo, de querer salir adelante. “Siempre hay una oportunidad de transformar el dolor, ya sea físico o mental, en algo maravilloso, en buena fortuna para tu vida”, expresó exponiéndose como prueba clara de ello. “Es sumamente importante recurrir a las personas, hablar con ellas, encontrar a alguien con quien crear ese canal de comunicación que te lleve a la transformación y el cambio. Todo comienza con un momento, con una conversación. Empieza con una simple pregunta. ¿Qué tienes en tu mente?”, añadió con gran motivación para quienes le escuchaban.

Estaba decidido a dar ese giro a su vida. Irónicamente, fue esta caída lo que le dio la oportunidad de hacer. Orlando se puso manos a la obra, haciendo caso a los médicos y, sobre todo, decidido a demostrarles que sí volvería a caminar. “Empecé fisioterapia y, de hecho, salí del hospital con muletas a los 12 días, lo que consideraron remarcable y algo que no había pasado antes”, compartió junto a unas imágenes en las que se muestra incluso en bicicleta con el aparato corrector sobre su espalda.

Y así, como si de una película se tratara, Orlando fue recuperándose en tiempo récord, retomando su vida y aplicando los cambios necesarios para no volver a ponerla en riesgo. Incluso el actor sorprendía a sus 7 millones de seguidores en Instagram con una publicación muy potente desde el gimnasio dándolo todo y cargando una cantidad considerable de peso. Algo casi impensable para él y sus doctores cuando se rompió la espalda.

“Me rompí la espalda con 19 años y me dijeron que no volvería a andar”, escribió con cierto sarcasmo.

A sus 46 años, sigue siendo el rostro de la eterna juventud. Sus papeles cinematográficos en Piratas del Caribe o Troya, ayudaron a mantener esa imagen angelical de Orlando, ídolo de fans y sex-symbol por muchos años. Una imagen a la que Orlando terminó detestando y con la que decidió romper por completo retirándose temporalmente. La experiencia de la vida le enseñó muy joven a cambiar lo que no te hace bien. Y, por segunda vez, esta vez en lo laboral, inició una nueva etapa, mucho más placentera y satisfactoria.

Reconoce que, si no lo hubiera hecho, quizá las cosas no hubieran acabado tan bien. “Pasé muchos años bajo la mirada pública. Todo lo que hacía estaba a la vista de todos y, a veces, era difícil recuperarse de eso. Así que decidí tomarme unos años libres para tener un hijo. Me casé, me divorcié y fui papá. Todo bien. Necesitaba ese tiempo para mí”, dijo a The Hollywood Reporter en 2020. Fue el momento perfecto para dedicarse a su familia, a sí mismo y a la vida. “Le hago el desayuno a mi hijo antes de ir a la escuela, me ducho y me visto. Me gusta esforzarme. Ya no llevo traje. Tuve un comienzo de carrera espectacular en el que solo estuve semi-presente. Sin mi práctica budista, me habría salido del carril. He cambiado la narrativa en mi cabeza y siento que soy el conductor de mi tren”, confesó a The Sunday Times.

Hoy, la vida está en sus manos y le encanta. No solo tiene el control de sus actos más personales, sino también en lo laboral, donde sabe más que nunca qué sí y, sobre todo, qué no. Si bien algunos han tachado su carrera como una de auge y caída y resumido su trayectoria a ser ‘el marido de Katy Perry’, la realidad va mucho más allá. Orlando no se fue porque le echaron, sino porque quiso. Cansado de papeles que no terminaban de llenarle, cerró temporalmente la fábrica y se dedicó a lo que más le apetecía en ese momento: vivir.

Ha seguido presente en el celuloide, pero con proyectos de bajo perfil que le han expuesto menos, pero le han llenado más. Por ejemplo, la serie Carnival Row, junto a Carla Delevingne, en Amazon Prime. A pesar de su cancelación en la segunda temporada, Orlando se siente satisfecho con esta historia que resalta una sociedad dominada por la intolerancia, las tensiones raciales y la marcada diferencia entre las clases sociales. “No hay un final hollywoodense y por eso me gusta. Amo el acercamiento que hace al aspecto social”, expresó al medio Collider sobre este trabajo televisivo.

Con Gran turismo, dirigida por Neill Blomkamp, regresa al cine por la puerta grande y con un papel de envergadura. Basada en hechos reales, la historia aborda cómo fue la vida del joven que pasó de ser un astro de los videojuegos a un exitoso piloto al volante. Orlando se mete en la piel de Danny Moore, el ejecutivo de Nissan y mentor del Jann en este proceso de transformación.

La buena noticia es que Gran turismo ha adelantado a Barbie y dejado atrás a Blue Beetle, una noticia que imaginamos que Orlando recibe con alegría, pero sin perder su perspectiva. “Sueño con personajes para mí y para otros, para minorías y mujeres. Estoy tratando de ser la voz de todos”, dijo a The Times en 2021. Y parece que así mismo está siendo.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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